Sunday, January 11, 2009

(sin título)




Aquello que de ti obtuve
es humo de segunda mano
no lo quiero
no me place
no es legal en este estado
tu sahumerio pervertido
de aspiraciones profanas
sobreentiende mis quehaceres
desestima mis motivos
me repugna respirar lo que tu boca
de modo tan vacìo
ha botado

Ok.
admito haber sido bien dispuesta entre tu obra
la materia amoldada encantado en tu intriga
el regocijo en la gracia de temblores, peripecias
es curioso resumir tanto aire en pros y contras
es difícil distinguir lo agradable y la mentira

y drogado
entre las manos los grilletes y los clavos
el tiempo es libre (no sustenta) ser juzgado
¿te acuerdas de lo que dijimos cuando solos
hablando en risas humaredas
sobre la espalda de los dos
sinceramente recostados?
Es inútil restringir los eventos a buenos o malos
tanto como decir nunca, o siempre, o alma
vuelve
o te he olvidado

Y ahora soy como tú eras
me he adueñado, como excusa,
de tener algo tuyo inescrutable en las entrañas,
de tu vicio / sin querer
lo que exhalo es propaganda de un vivir
invivible, un sentir sin dominio
un engaño o un intento de veneno
autoaplicado
una suerte (qué graciosa la fortuna)
de infligido pseudo slogan
que propicie que se vean claramente
los colmillos y la capa hipnotizante
de la cobra
qué belleza el segundo antepuesto
con serena entrega y parsimonia
a la muerte de la esperanza
que ni a golpes ni a patadas
ni cuerda ni sana
y muy
probablemente
vana

Todo lo que quiero es tu antónimo
y tu síntesis
la cura (o el placebo) a ti como
padecer/ y que agradable fue estar
en cama por tu causa; hay que decirlo...
y todo el mundo, o al menos
con quienes he optado de forma
más o menos sobria y/o selectiva
a trato cercano, horizontal y/o llano
han bebido del veneno
que de tu humo he condensado



Nunca quise/me contradigo/ No he querido

desde un principio (no sé bien cuando fue eso)

ser nocivo, ni torpe, ni honesto hasta

parecer falto de tino o cruel o derechamente

malo ¿por favor! no se trata de

intenciones, sino mera circunstancia

encontrar de vez en cuando un humano

envenenado

portador de hieles frias

de verdades comprobadas

de enojo, pena, calma, muerte,

risa, solitud distante, resignación

insatisfecha en los ojos o tras ellos

en amalgamas, coexistiendo

mansos

todos somos, por supuesto

tan culpables como el tiempo (a quien no

se juzga, he dicho) de llevarnos como niños

con gorjeo dolorido, como prestar

el brazo para la inoculación

pensando

¿Qué más da?

errar

es humano